dissabte, 20 de març del 2010

crònica de BArcelona

Hola,

vull que em quedi per sempre aquest deliciós article de Quim Monzó.




Quim Monzó | 20/03/2010 | Actualizada a las 00:26h | Ciudadanos

Hace cosa de un año que los okupas se apoderaron del edificio del 61 de la avenida Mistral. La noticia es que, finalmente, la semana pasada los Mossos d'Esquadra entraron –por la azotea–, los echaron fuera y restituyeron el inmueble a su dueño.

Se han acabado los días y las noches de interminable chumpa-chumpa. La señora del 7 de Floridablanca –que tenía los nervios destrozados y, creo, tuvo que medicarse– podrá por fin volver a dormir en paz y en su casa, sin tener que refugiarse en otra. El resto de los vecinos, igual. La mayoría ya han quitado las pancartas contra la okupación. Aún queda una, de alguien que no debe acabar de creerse que haya desaparecido para siempre esa banda de vividores, que tenían el cinismo de presentarse en Facebook y MySpace como "una asociación social y cultural que trabaja en el campo de ayuda para personas sin casa (en especial familias)", en un texto que acababa dando las gracias a sus colaboradores: "DJ Hands, Link DJ, DJ Ludgero, DJ Shroom, Benvindos DJ, DJ Bruno, DJ Obit, DJ Marc Lee, DJ Ashattack, DJ DSL, DJ Thiago, Josep de la Tripulació de LSD, Beni Macabra...". Las Hermanitas de la Caridad, vaya.

El lunes el propietario abrió las ventanas para que el edificio se ventilase. Los obreros colocaron grandes carteles: "Construcciones Ponte Arosa SA". El martes llegaron los contenedores: grandes, de color naranja, con las palabras "Hnos. Campoy". Desde entonces, cada vez que paso por delante, me detengo a ver qué han echado, de lo que los okupas dejaron al largarse. Sobre todo revistas gratuitas, de esas que hay en los bares para erasmus. Hay muchas. Una que se llama Miniguide lleva fecha de enero. Todo en inglés, para que ni el turista okupa tenga que esforzarse. Anuncios de locales de tatuajes y de piercings, de bares y restaurantes: Margarita Blue, Rita Blue, Rita Rouge... Anuncios de peluquerías: New H-Air, English Hair Salon (que tiene como eslogan "Don't let your Spanish come between you and your hair!")... Al final, páginas con mapas de Barcelona y de su metro, para que no se pierdan, pobres.

También hay colchones, viejos y sobreutilizados. Los obreros –con casco amarillo– van echando más cosas al contenedor. Chaquetas, garrafas de agua vacías, sillas, una cartera, perchas, una fregona... En medio de todo ese batiburrillo destaca un zapato de mujer, rojo, con tacón de aguja, precioso. Sabiendo que los tacones de aguja no concuerdan con la indumentaria habitual de las okupas, es inevitable preguntarse de quién era y cómo llegó ahí. ¿Una historia de amor entre mundos distantes? A saber. Los obreros tiran ahora maderas, ladrillos, un cubo roto. A poca distancia dos hombres de piel grisácea esperan, con un carro de supermercado. Cada vez que los obreros echan en el contenedor algo aprovechable, lo cogen, lo meten en el carro y vuelven a esperar